Elisabet Ros

Libérate de tus asuntos pendientes: 5 pasos para transformar tu vida

Libérate de tus asuntos pendientes: 5 pasos para transformar tu vida

En algún rincón de nuestra historia personal suelen quedar asuntos pendientes: conversaciones no dichas, pérdidas no lloradas, culpas que cargamos en silencio, promesas que nunca cumplimos o decisiones que postergamos una y otra vez. Estos asuntos, aunque no siempre son visibles, operan en segundo plano como un peso constante. Cuando se acumulan, nos desconectan del presente, nos impiden mirar con claridad hacia el futuro y nublan el paso a lo mejor de nosotros mismos. 

 

Por eso, trabajar nuestros asuntos pendientes no es algo que se hace “para cuando sea necesario”, sino una tarea vital que nos permite vivir con más autenticidad, liviandad y plenitud hoy.

¿Qué son los asuntos pendientes?

Según lo que comparto en talleres y sesiones de acompañamiento, los asuntos pendientes son aquellas situaciones que han quedado inconclusas, mal resueltas o simplemente abiertas. Pueden ser heridas emocionales, relaciones rotas, decisiones que no nos atrevimos a tomar, perdones no dados (o no recibidos), emociones atrapadas o palabras que no pudimos decir.

 

A veces los reconocemos como un nudo en el estómago, una conversación repetitiva en nuestra mente, un malestar que persiste sin razón aparente. Estos asuntos nos causan ansiedad, culpa, tristeza… y muchas veces nos atan al pasado, como si estuviéramos detenidos en un punto de la historia sin poder avanzar.

 

Cuando los atendemos, les damos forma y los enfrentamos con amabilidad y valentía, algo profundo se libera. Volvemos al presente. Y desde esa nueva colocación interior, podemos proyectarnos con más claridad hacia el futuro.

¿Cómo nos afectan?

Tener asuntos pendientes no solo afecta nuestro bienestar personal, sino que además puede dejar una carga emocional o práctica para quienes amamos, ya que:

  • Nos mantienen en ciclos repetitivos o relaciones estancadas.
  • Alimentan la culpa, el resentimiento o la ansiedad.
  • Bloquean la energía vital y la creatividad.
  • Nos entorpecen para tomar decisiones desde un lugar sereno.
  • Nos impiden morir en paz.

Cuando damos ese primer paso, que a menudo comienza con una intención clara, los medios y las oportunidades comienzan a aparecer.

¿Por qué liberarlos ahora?

La vida no tiene garantías, y no sabemos cuánto tiempo tenemos por delante. Sin embargo, lo que sí sabemos es que lo que soltamos, ordenamos o aclaramos nos libera a nosotros y también a quienes nos suceden. Al liberar esos asuntos, nos permitimos vivir una vida más auténtica y libre de cargas emocionales.

 

La vida no viene con garantías. No sabemos si el tiempo que tenemos por delante es mucho o poco. Pero sí sabemos algo: lo que soltamos, ordenamos o aclaramos nos libera… y también libera a quienes nos suceden.

5 recursos prácticos para comenzar

Aquí te comparto algunas herramientas sencillas y poderosas para ayudarte en este proceso de liberación emocional.

Poner en circulación lo que ya no necesitas

Revisa tu entorno. ¿Qué objetos guardas por costumbre, por apego o por miedo a soltar? Donar o regalar ropa, libros, recuerdos o incluso fotos puede ser un ejercicio liberador. Ordenar tu espacio físico no solo organiza tu casa, sino que desbloquea emociones estancadas. Los objetos y espacios reflejan nuestro mundo interior, y al liberarlos, damos espacio a nuevas posibilidades.

Ordena tus decisiones: testamento y voluntades anticipadas

Dejar por escrito tus deseos sobre lo que debe ocurrir con tu cuerpo y tus pertenencias es un acto de respeto hacia ti y hacia tus seres queridos. El testamento no solo organiza tu legado material, sino que las voluntades anticipadas permiten tomar decisiones médicas en caso de no poder hacerlo por ti mismo. Este acto alivia conflictos y brinda claridad a quienes quedarán detrás.

Escribe un diario para volver al corazón

Crear un pequeño espacio de silencio cada noche puede ser una poderosa herramienta para conectar con tus emociones. Puedes encender una vela, poner música suave y hacer algunas preguntas a tu corazón, como:

  • ¿Qué aprendí hoy
  • ¿Qué quiero agradecer?
  • ¿Qué necesito recordar?

Este ejercicio no solo te ayuda a ordenar lo vivido, sino también a estar en contacto con tu sentir. Es un espacio de honestidad contigo mismo, y también de integración de experiencias.

Las cartas de duelo

Escribir cartas es una forma de expresar asuntos inconclusos o sentimientos atrapados hacia una persona o situación del pasado. No se entregan ni se muestran. Es solo para ti y tu proceso. Lo que recomiendo es dividir la carta en tres partes:

  1. Lo negativo: lo que dolió, lo que no fue justo, lo que aún pesa.
  2. Lo positivo: lo que aprendiste, lo que esa persona o situación te dejó.
  3. Frases de cierre:Te libero, me libero”, “Gracias por lo vivido”, “Lo siento”.

Cuando termines, puedes leerla en voz alta y luego quemarla o entregarla simbólicamente a la tierra, al agua o al viento. Este gesto puede liberar emociones reprimidas y ayudar a cerrar un ciclo.

Diálogo Reconciliador: entrenando el perdón y la paz interior

El diálogo reconciliador es una herramienta poderosa para expresar lo no dicho y entrenar el perdón.

 

Coloca dos sillas frente a frente. Siéntate en una, y en la otra imagina a la persona con quien tienes algo pendiente. Puede ser alguien más o una parte de ti mismo.

 

Habla en voz alta: di lo que sentiste, lo que callaste, lo que aún duele o agradeces. Reconoce también tu responsabilidad. No se trata de tener razón, sino de aliviar el corazón.

Repite el diálogo si lo necesitas. A veces la paz no llega en el primer intento. Pero cuando lo hace, se siente real y libera espacio dentro.

Ordena lo pendiente para vivir una vida que puedas amar

Ordenar lo pendiente es, en realidad, un gesto de autocuidado que abre una puerta hacia una vida más presente, más amorosa, más verdadera.

 

Lo haces por ti primero. Y como efecto natural, liberas también a quienes te rodean o te sucederán.

No se trata de resolverlo todo de una vez. Solo de empezar por cosas sencillas.

Cuando lo personal se ordena, lo esencial puede emerger

Cuando ponemos orden en lo personal, lo transpersonal, que es otra manera de referirnos a lo esencial en nosotros brota.


Lo más íntimo y lo más grande se encuentran en ese espacio de claridad que nace al cerrar ciclos, soltar lo viejo y abrir espacio a lo que quiere nacer.

El primer paso

Si algo de lo que has leído te ha tocado, te invito a elegir solo una cosa que puedas hacer esta semana: una carta, una conversación pendiente, una caja para donar, un documento por revisar.

Y si sientes que no sabes por dónde empezar o deseas acompañamiento en tu proceso, aquí estoy.

 

Escrito por Elisabet Ros, terapeuta transpersonal y especialista en duelo.