Elisabet Ros

Etapas del duelo según Kübler-Ross

Las etapas del duelo ¿Qué esperar y cómo avanzar en cada etapa?

No hay una única forma correcta de realizar el proceso del duelo, ni un plazo de tiempo adecuado para hacerlo… Esperamos aportar luz, esperanza y consuelo en el período más difícil de nuestra vida que todos vamos a experimentar “Doctora Elizabeth Kübler-Ross y David Kessler, Sobre el duelo y el dolor, Ed. Luciérnaga.

 

La Dra. Elisabeth Kübler-Ross fue una pionera en la investigación sobre la muerte y el duelo, cambiando nuestra percepción de los procesos de pérdida. Su libro Sobre la muerte y los moribundos (1969) revolucionó la comprensión de estos temas al hablar abiertamente de una realidad considerada tabú. A través de la observación de pacientes terminales y sus familias, identificó un patrón de respuestas emocionales ante la pérdida, estructurándolo en las cinco etapas del duelo.

 

En este artículo, exploraremos en profundidad cada etapa, honrando el legado de Kübler-Ross y la extensión realizada por David Kessler con una sexta fase.

 

Las 5 fases del duelo según Elisabeth Kübler Ross

La Negación

La negación es la primera etapa del duelo y actúa como un mecanismo de defensa natural ante el dolor. Esta fase ayuda a amortiguar el impacto emocional de la pérdida, permitiendo que la mente reciba la información en pequeñas dosis que puedan ser procesadas con el tiempo. En la negación, la persona aún no puede aceptar la magnitud de la pérdida y busca formas de negar lo ocurrido.

 

A menudo, quienes atraviesan esta etapa sienten incredulidad y asombro ante la realidad de lo sucedido. Las personas en duelo pueden expresar frases como “No puede ser verdad” o “No puedo creer que haya muerto”, ya que, aunque son conscientes de la pérdida, a nivel emocional aún no pueden aceptarla por completo.

 

La negación también puede manifestarse como una sensación de que la vida ha perdido sentido, generando confusión y desconcierto. Esta fase es crucial porque permite a la persona enfrentarse a la dolorosa realidad de forma gradual.

Con el paso del tiempo, la negación disminuye y da paso a la aceptación parcial de la pérdida.

 

La Negociación

La negociación es una etapa en la que la mente trata de encontrar formas de revertir la pérdida o evitar que vuelva a ocurrir.

 

Es común en esta fase que las personas se pregunten “¿Y si hubiera hecho algo diferente?” o “No volveré a enfadarme nunca más con mi mujer si permites que viva”. En este punto, la persona en duelo busca maneras de “negociar” con la realidad para que las cosas cambien. Puede tratarse de un intento de modificar el futuro o de revivir el pasado, con la esperanza de que lo sucedido pueda ser revertido.

 

Este comportamiento es una forma de intentar restaurar el equilibrio emocional, creando alternativas de lo que hubiera podido pasar para evitar la pérdida.

 

Sin embargo, esta fase no cambia la realidad: la pérdida es irreversible, y tarde o temprano la persona en duelo se enfrenta a la verdad de que no se puede regresar el tiempo ni evitar lo sucedido.

 

La Ira

La ira es una de las respuestas más comunes durante el proceso de duelo. En esta etapa, la persona puede sentir enojo hacia sí misma, hacia la persona fallecida, hacia los médicos que no lograron salvar a su ser querido, o incluso hacia Dios o el universo por la “injusticia” de la pérdida.

 

Esta no sigue una lógica coherente, pero es una reacción emocional natural ante la sensación de que algo muy importante ha sido arrancado de nuestras vidas de forma repentina e injusta.

 

El dolor emocional se convierte en ira, porque a través de la rabia la persona busca una forma de manifestar el sufrimiento que de otro modo sería difícil de expresar.

 

Esta etapa puede ser abrumadora, pero también es una forma de lidiar con la pérdida y de encontrar una razón para seguir adelante. Es importante permitir que el sentimiento se exprese, pues al hacerlo, la persona comienza a liberar el dolor subyacente que no puede procesar de otra manera.

 

Aunque la ira pueda parecer infinita, su presencia es temporal y disminuirá con el tiempo a medida que la persona comience a lidiar con las emociones más profundas de la pérdida.

 

La Depresión

Tras la fase de negociación, la persona comienza a afrontar la magnitud de la pérdida. En este momento, el duelo se intensifica y se experimenta una profunda tristeza.

 

Es importante destacar que esta depresión no debe confundirse con una patología, sino que es una respuesta emocional natural ante el dolor de la pérdida. Durante esta etapa, la persona puede sentir una falta de energía, una incapacidad para realizar tareas cotidianas, y puede experimentar síntomas similares a los de un trastorno depresivo, aunque este estado es transitorio y forma parte del proceso de curación.

 

La depresión en el duelo es un proceso que permite a la persona asimilar el dolor de la pérdida y adaptarse a una nueva realidad. Aunque es difícil y doloroso, este estado también permite la introspección y el reajuste emocional, abriendo el camino para la aceptación gradual de la ausencia del ser querido.

 

A pesar de que la tristeza pueda parecer infinita, este proceso es necesario para superar el dolor. Las personas en duelo deben permitirse sentir y expresar su tristeza sin juicio, ya que esta fase es fundamental para la curación.

 

La Aceptación

La aceptación no significa olvidar ni estar de acuerdo con lo sucedido, sino aprender a vivir con la nueva realidad.

 

En esta etapa, la persona comienza a aceptar que la vida continúa, aunque el ser querido ya no esté físicamente presente. Es un proceso gradual en el que se reconcilian las emociones, y se comienza a reorganizar la vida en torno a la ausencia.

 

Es importante comprender que la aceptación no implica una resolución definitiva, sino una reestructuración de la vida emocional. La persona comienza a encontrar formas de continuar con su vida mientras honra la memoria del ser querido.

 

Este último paso es necesario para la reconstrucción emocional y la readaptación a una nueva realidad, aunque esto no significa que el dolor haya desaparecido por completo.

 

Una sexta fase: el propósito

David Kessler, discípulo de Elisabeth Kübler-Ross, amplió el modelo de las cinco etapas del duelo al añadir una sexta fase: el propósito.

 

Tras la trágica pérdida de su propio hijo, Kessler desarrolló esta fase para dar sentido a su dolor y ayudar a otros a encontrar un propósito en medio del sufrimiento. El propósito no se encuentra necesariamente en los eventos de la vida, sino en la forma en que respondemos a ellos.

 

Kessler identificó siete factores clave para descubrir el propósito en el duelo, entre ellos:

  1. Es personal de cada individuo.
  2. Toma tiempo.
  3. No siempre es racional, pero tiene un valor profundo.
  4. No hace que la pérdida sea menos dolorosa, pero sí ayuda a darle significado.
  5. La pérdida no es una lección o bendición, simplemente ocurre.
  6. Solo tú puedes encontrar tu propósito.
  7. Las conexiones significativas con otros pueden reemplazar gradualmente los recuerdos dolorosos.

Este propósito puede ser la clave para crecer a partir de la pérdida y reconstruir la vida con un nuevo enfoque. Aunque algunas pérdidas nunca se superan por completo, el propósito puede ser una fuente de esperanza y crecimiento personal.

 

El duelo como un camino de transformación

Las cinco etapas del duelo de Kübler-Ross, y su ampliación por David Kessler, nos recuerdan que el proceso de duelo es único para cada individuo y no sigue una secuencia lineal.

 

En lugar de un camino fijo, el duelo es flexible, lleno de altibajos, y cada persona lo vive de manera diferente. La comprensión de estas etapas nos ofrece una hoja de ruta para atravesar el dolor de manera más consciente, permitiendo que cada quien viva su proceso a su propio ritmo.

 

Si quieres conocer más sobre la dra. Elisabet Ross, su obra y trayectoria, te invito a que visites mis dos entradas en el blog: Lecciones de Vida y Muerte: un recorrido y análisis por la obra de Elizabeth Kübler-Ross; y Elizabeth Kübler-Ross: madre de la Tanatología Moderna y Pionera en el Estudio de la Vida Más Allá de la Muerte

 

Y el documental donde colaboré en su producción junto a la periodista María Martí para el programa Mientras viva: “Elizabeth Kübler-Ross: la mujer que miró a la muerte de cara.

 

LECTURAS RECOMENDADAS 

  • Sobre el duelo y el dolor, Elizabeth Kübler Ross y David Kessler. Ed. Luciérnaga

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